Si el próximo mes se empezara a
revertir la política monetaria expansiva de la Reserva Federal de Estados
Unidos (FED) se confirmarían las expectativas más pesimistas del mercado. En un escenario menos pesimista, dicho retiro
se iniciaría recién a fin de año, y en uno optimista podría, incluso, no haber
retiro, dependiendo de quién sea el reemplazante del actual presidente de la
FED, Ben Bernanke, y si la economía norteamericana recae.
Es probable que ocurra uno de los
dos primeros escenarios, por lo que las presiones al alza del precio del dólar
continuarían. Cuánto subiría el dólar bajo ese escenario dependerá de cuán
gradual sea el retiro del estímulo monetario y de cuánto intervenga el BCR en
el mercado cambiario vendiendo dólares, pero todo indica que la tendencia al
alza continuaría al menos hasta un nuevo ciclo alcista de los precios de los
minerales.
Por otro lado, en un contexto en
el que la tasa de crecimiento de la economía nacional se ha desacelerado (y no
sólo por la caída de las exportaciones, sino también por el menor dinamismo de
actividades como construcción, comercio, manufactura y otros), es claro que la
política monetaria expansiva (mediante reducciones en las tasas de encaje) que
viene aplicando el BCR busca ayudar a reactivar el crédito interno y, con ello,
la economía. Sin embargo, si parte importante de la mayor liquidez que generan
las medidas se orientara más hacia la demanda de dólares (dado que las
expectativas de los agentes económicos a que suba más el dólar) podría haber
una presión adicional al alza al tipo de cambio.
Aparte de impulsar los grandes
proyectos de inversión pública en infraestructura, la aceleración de muchos
pequeños y medianos proyectos públicos de ese rubro bajo modalidades en las que
participe la inversión privada (concesiones, asociaciones público privadas,
obras por impuestos) puede ser más efectiva para sostener el crecimiento de la
economía nacional en la coyuntura actual. Lamentablemente, trabas
institucionales y deficiencias en la gestión pública impiden que esta
alternativa esté expedita. Aun así debería impulsarse puesto que, al parecer el
escenario para la política monetaria es ahora más complicado y durará buen
tiempo.
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